domingo, 27 de noviembre de 2011

SÍ, LA RESPUESTA ESTÁ EN EL VIENTO.

Me han pedido que publique el articulo que escribí con Ale Cabale para El Sol de Fuerteventura con motivo del 15-O

¿Quién puede negar que los niños son lo más grande de esta vida? ¿quién no ve en un bebé lo más hermoso de nuestra existencia? todo el potencial, el amor, la honradez, los límites no existen para ellos cuando van creciendo, y es la sociedad quien va matando sus sueños.

¿Conoce usted a alguien a quien le guste la guerra? ¿Entonces por qué el mundo no para de tener conflictos? Porque a los que fabrican armas les interesa y por supuesto a las constructoras, que luego reconstruirán el país, a las farmacéuticas que venderán cantidades ingentes de medicamentos y material quirúrgico y ni que hablar de las aseguradoras...siempre a los grandes, a los que más dinero tienen.



¿Acaso después de las atrocidades de la I y II guerra mundial la humanidad no escarmentó? Muchos lo hicieron, se firmaron los derechos humanos, se avanzó mucho en derechos sociales, en la reconstrucción del mundo hubo que colaborar y fue entonces cuando florecieron los valores del altruismo, compartir en lugar de competir, fue la era del Keinesianismo, el florecimiento del Estado del Bienestar. La economía estaba al servicio del estado democrático, y estaba claro su papel en la redistribución de la riqueza nacional, mediante los impuestos que se convertían en servicios para garantizar derechos universales.


Pero llegaron los 70, y a algunos les pareció que se había llegado muy lejos en derechos sociales. fue entonces cuando surgió con fuerza el Neoliberalismo. Una respuesta de las grandes fortunas que decidieron que no debían pagar tantos impuestos, ellos se bastan para invertir el dinero en beneficio de la sociedad, el estado no debe intervenir, pues el mercado, es decir ellos, se autoregulan. Llego la era de la LIBERTAD...DE MERCADO. La libertad de las personas es otro tema.

Recuerdan no hace muchos años, hablar de subir impuestos era cosa de demagogos.

Lo moderno era dedicarse al negocio inmobiliario y ser amigo del director de la sucursal del banco, que nos dejaba los créditos a buen interés, y pensar en cual seria la siguiente casa que íbamos a comprar después de vender la nuestra por el doble de lo que la compramos.

Y sí, señoras y señores, la fiesta ha terminado, en realidad fue solo teatro. Como en el bolero. Nos creímos en el paraíso, pero nos tomaron el pelo. Mientras nosotros nos íbamos cargando de deudas ignorábamos la trampa en la que nos estábamos metiendo. Pocos muy pocos conocían la ley hipotecaria y el riesgo que suponen las deudas a tan largo plazo. Pero todo empezó hace mucho tiempo, cuando el alquiler dejo de desgravar, y comprar era lo “inteligente”.

Y claro la gestión privada era la buena, todo lo que salía del estado era malo, decidieron privatizar todo lo privatizable. Y como había que recortar los gastos laborales pues lo bueno era deslocalizar a China, todo a China, aquí nos basta con diseñar, mandar y construirnos mansiones. Que trabajen los chinos pues eso como …chinos. Para nosotros el “valor añadido”.


Para pensar ya estaban los expertos, debidamente pagados por fundaciones financiadas generosamente por la banca, siempre tan altruista y pensando en el bienestar común. Nosotros mejor nos especializamos en comentaristas deportivos o expertas en estética.

Todo esto ha desembocado en una sociedad que se aferra a su rutinaria burbuja, “bastante tengo con sobrevivir, como para además preocuparme por los demás”. Así, en está la sociedad, todo vale, se pierden los valores, y florecen la traición y la mentira, el respeto ya sólo es para quien más dinero tiene en el bolsillo. Se ha aceptado una cultura de consumo que pone al dinero por encima de las personas, y a las personas con dinero por encima de las demás.


Pasaron los 80, los 90, llego el efecto 2000, siguió hasta 2007 y se levanto el telón. Ahora resulta que los servicios privatizados son los que funcionan peor, tenemos los puestos de trabajo en China, no podemos vender la casa y si no pagamos la hipoteca, con el sueldo cada vez más pequeño nos la quitan, pero seguimos debiendo parte del dinero.

Y por si la comedia no fuera suficiente resulta que la banca metió la pata hasta el fondo con las inversiones recomendadas por los tan generosamente retribuidos expertos, que por lo visto ahora no tienen ni idea de cómo sacarnos del lío en el que nos han metido.

Lo cierto es que todos ellos fueron a la misma escuela, esa llamada Neoliberalismo cuyo catecismo dice que la culpa de todo la tienen los salarios, que son muy altos, que cuesta mucho despedir trabajadores y que el estado es muy grande. Pero no han conseguido explicar como conseguir que la gente compre sin sueldo y cuando han tenido problemas el estado se les ha quedado pequeño para tantas ayudas como le han pedido.

Hace algunos años eran los países del entonces llamado tercer mundo los que tenían que pagar deudas, insostenibles para sus economías, a costa de los derechos de la población. Entonces ignoramos el sufrimiento que padecía ese 80%, mientras el 20 % restante especulaba tranquilamente en sus Estados del Bienestar. Pero allí se les acabo la paciencia y ahora es al 19% restante al que están esquilmando.

Así que la opereta se esta representando en todo el mundo más o menos igual. Independientemente del caso de cada país, lo cierto es que la parte de la tarta que va a los salarios es cada vez más pequeña y la que va al capital es mayor. Si a eso le sumamos la broma de que los impuestos son pagados mayoritariamente por rentas salariales y son evadidos masivamente por las grandes empresas vía paraísos fiscales y desgravaciones inexplicables, el resultado es un estado generalizado de indignación de la población mundial. ¿Con quien?

Con los expertos. Expertos en especular, mentir, forrarse y ser lo que lo que en la Grecia clásica se llamaban IDIOTAS. Aquellos que solo se preocupan de su interés particular y egoísta desentendiéndose del bien común y de las necesidades públicas.



Hoy la economía no esta controlada por nuestros gobiernos, son las grandes corporaciones industriales y financieras, propiedad de grandes fortunas privadas, las que tienen la capacidad de hundir mercados y alterar el precio de las cosas. Y como los necios, que decía Unamuno, confunden el precio con el valor. Para los llamados mercados el precio del trigo es solo una estadística pero para las personas tiene el valor de evitar el hambre. ¿Vale más el oro o el agua?, ¿y si estas en el desierto? .


En todo este tiempo ha habido colectivos de personas que han estado advirtiendo que la senda seguida no llevaba buena dirección, organizaciones por los derechos humanos, economistas heterodoxos,…pero lo cierto es que mayoritariamente se aceptó que este era el único sistema posible, incluso el mejor sistema.

Y por si pillábamos el truco quienes se han estado forrando a nuestra costa han usado el viejo truco de divide y vencerás. Nos enfrentan por países, por religiones, lenguas, generaciones, y cuantas tonterías se les ocurren con tal de que no nos demos cuenta que somos la mayoría, el 99%.


Pero ay!, algo les salio mal, resulta que se inventaron una cosa muy chula que da mucho dinero para algunas de estas empresas, se llama Internet; y entre aparatos, programas y líneas de datos deja un montón de pasta a todos ellos, además facilita mucho la especulación. Pero…ja, resulta que sirve para que las personas se comuniquen, esa es su naturaleza, para que deje dinero es necesario que muchas personas intercambien información y opiniones a través de esa red. ¿Y que pasó?….pues que muchas personas empezamos a darnos cuenta de tenemos mucho en común, que opinamos lo mismo, que todas esas cosas que no teníamos claras respecto al sistema otros tampoco las tienen claras y que en todas partes falla en las mismas cosas. Que somos los mismos siempre los que pagamos por errores de los que obtienen las ganancias y que la mayoría nos comemos solo las pérdidas.


El 15 de octubre personas de todo el mundo tomarán las calles y las plazas. Desde América a Asia, desde África a Europa, la gente se está levantando para reclamar sus derechos y pedir una auténtica democracia. Ahora ha llegado el momento de unirnos todos en una protesta no violenta a escala global.


Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos o ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación.

Unidos en una sola voz, haremos saber a los políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestro futuro. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan.


El 15 de octubre nos encontraremos en las calles para poner en marcha el cambio global que queremos. Nos manifestaremos pacíficamente, debatiremos y nos organizaremos hasta lograrlo.


El 15 de Octubre Fuerteventura también estará en ese Mapa mundial de movilizaciones, a las 19 horas frente al Cabildo, en Peuerto del Rosario te estaremos esperando.


Es hora de que nos unamos. Es hora de que nos escuchen.

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