viernes, 24 de febrero de 2012

Rien ne va plus


De: Oriol Bartomeus Bayés
En su blog en catalán: http://oriolbartomeus.blogspot.com/2012/02/rien-ne-va-plus.html?showComment=1329952535181#c8253550241631797106
Traducción: Mª Núria Serra Arqué

Gran metáfora de esta nuestra patria, la que publican hoy los periódicos.

Información sobre el tema: http://www.lavanguardia.com/economia/20120222/54258244129/govern-ofrece-terrenos-viladecans-instalar-eurovegas.html
Parece ser que el megacasino Eurovegas se construirá en Viladecans, ahí donde debía ir el flamante parque de la industria aeronáutica, llamado a ser la punta de lanza del cambio de modelo industrial. A esto se le llama cerrar el círculo (y no precisamente el virtuoso). Finalmente, Cataluña aterrizo, dejo atrás los sueños y ha tomado la decisión de instalarse en la pesadilla. Ahí donde se iba a crear un centro de atracción de industria “del conocimiento”, de economía “de alto valor añadido”, donde trabajasen  los mejores ingenieros surgidos de universidades que tan graciosamente hemos financiado entre todos, acabara amparando un inmenso complejo de cemento donde cruceristas de todo el mundo se dejaran el dinero (que gracias a una legislación favorable, saldrá inmediatamente hacia algún paraíso fiscal), dejando aquí las migajas de unos salarios de miseria para un puñado de privilegiados, licenciados universitarios que darán gracias a Dios y al gobierno por ofrecerles la posibilidad de ser camareros, croupiers o mozos con contrato temporal. Magnífico. ¿Era esto, el cambio del modelo productivo? ¿Era este el brillante futuro? ¿La gran innovación catalana es añadir al “sol y playa” la ruleta? ¿Es esta la “apuesta por un turismo de calidad”? Quizás no había que dar tantas vueltas para acabar aquí, ¿verdad? Pero bueno, quizás sí que gracias al megacasino El Prat será finalmente un hub intercontinental. Y quizás sí que el sector del”ocio adulto” diseminado a lo largo de la autovía de Castelldefels se va a beneficiar (a pesar que no cotiza y no hace crecer el PIB). Y quizá sí que mejor tener cien mil camareras, porteros, limpiadores, aparcacoches y mozos que cargan maletas, que cien mil parados (que, encima, cuestan un dineral a la caja común). Pero para llegar aquí no era necesario universalizar los estudios superiores, ni malbaratar recursos haciendo que los “pobres” estudiasen, ni cansar las familias haciéndoles aguantar los hijos en casa mientras estudiaban master tras master. Solo hacia falta seguir la hoja de ruta de los Planes de Estabilización de 1959: “sol y playa” y trabajo de baja calidad y (¡sobretodo!) barato. En mal momento nos desviamos de la recta vía y creímos que podríamos ser un país europeo, con una masa laboral formada, industrias competitivas, investigación e innovación, talento... Todo esto que, visto hoy, nos hace reír (o llorar). No se equivoquen. ¡Nuestra meta es ser Marruecos! Es el destino que siempre nos ha tenido reservado la élite económica del país, feliz de regresar a las viejas buenas costumbres: reforma laboral salvaje y cargas policiales. Si es que lo queremos todo, sanidad y educación públicas y de calidad, como si no nos percatáramos que nuestro destino es continuar siendo un país de pandereta. O de tenora, que es más de casa.

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